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miércoles, 11 de mayo de 2016

LA LISTA DE DIOS

LA LISTA DE DIOS

Aún recuerdo la experiencia que el Señor me permitió mostrar en una visión de noche acerca del Libro de la Vida, del cual nos habla la Palabra de Dios, La Biblia. Así fue:
"De pronto me ví vestido con una túnica de color blanco, y me encontrába haciendo una fila larga con otras personas que se encontrában delante y por detrás de mi. En esa fila había hombres y mujeres. El lugar en el que nos encontrábamos era celestial, obseré que había nubes blancas y azulejas por el ambiente, aun lo que pisábamos estaba cubierto de nubes blancas, parecía humo y se movían de un lugar a otro cubriendo nuestros pies. También abservé a una distancia de treinta metros aproximadamente una puerta ancha y espaciosa, y al lado derecho también había otra puerta y esta era angosta, ambas puertas estában casi juntas, separadas por una distancia de casi cuatro metros. Nadie hablaba en la fila, todos estában callados, sólo veía que ibamos avanzando y cada vez nos acercábamos hacia un lugar en donde había una mesa, y sobre esa mesa un libro grande, que al estar abierto era del tamaño de esa mesa, aproximadamente un metro y medio de largo, y el libro era grueso, ancho.Y pude ver también que junto a la mesa había una persona, era un anciano sentado sobre una silla que tenía un diseño especial. Su aspecto era que tenía un rostro que núnca antes yo había visto en la tierra hasta hoy, resplandecía con un brillo y una luz natural, limpia, su cabello era bien lacio y largo que le cubría la parte de los hombros hasta que sus puntas llegaban hasta sus muslos en donde se encontrába sentado. Su barba era larga, lacio de color blanco plateado resplandeciente igual que su cabellera, sus vestidos blancos eran como la Biblia nos habla de vestiduras blancas, resplandeciente, realmente indescriptibles. Los vestidos de este anciano no se igualaban a las vestiduras que nosotros teníamos en la fila, los nuestros eran blancos, pero no tenían tal esplendor como las de aquel anciano. Ví también que este anciano, le hacía preguntas a cada persona que le tocaba estar delante de él, y como yo me encontrába aun lejos de la mesa y no había llegado mi turno de estar frente a el; no podía escuchar lo que les preguntaba. Hasta que llegó el momento de estar frente al anciano. Su rostro irradiaba una paz indescriptible, y no dejaba de mirarle su rostro, hasta que me preguntó: "Cómo te llamas?, y le respondí: "Alexander Pérez Monroy", el anciano bajó la mirada para mirar y hojear el libro, y empezó a voltear una y otras hojas grandes  del libro buscando mi nombre. Púde ver que los nombres que estaban escritos en ese libro tenían un orden alfabético empezando por el nombre de cada persona, estaban escritas con tinta de color dorado como el oro y en alto relieve. También recuedo que, antes de estar frente a este anciano, estando yá muy cerca de aquella mesa y del libro, oí que le decía a uno: "Tu nombre no está aquí", y esta persona bajaba la mirada triste y el anciano le decía: "Vé y entra por esa puerta ancha", y ellos se dirigían a esa puerta, y al entrar allí inmediatamente desaparecían ya que les cubría una densa tiniebla oscura y no más se los veía.

Luego veía que indice derecho de la mano derecha del anciano buscaba mi nombre entre todos los nombres que habían en cada pagina del libro, hasta que llegó a la lista de nombres que empezaban con la letra "A", de pronto su dedo se detuvo, me miró y me dijo: "Muy bien, aquí está tu nombre, vé y entra por esa puerta angosta". Y me dirigí hacia ese lugar, e ingresé y esta era casi  de setenta centimetros de ancho. Dentro pude ver que había una escalera interminable que se dirigía hacia arriba. Empecé a caminar y a subir cada peldaño, y me parecía que cada vez que avanzaba la escalera se hacía más larga. Por momentos levantaba mis ojos hacia adelante para ver hacia dónde me llevaba esa escalera, y pude ver que al final de esa escalera a lo lejos había una pequeña luz, parecía un punto de luz, no sabía qué  era, pero cada vez que avanzaba iba dandome cuenta que aquella luz entrába por una pequeña abertura, era una pequeña ventana, suficiente para que una persona pueda salir por allí. Cuando ya había llegado a ese lugar, salí, saqué mi cuerpo y me encontré con algo parecido a una tarima, o estrado  sólido, parecía un gran muro de forma cuadrada. Alcé mis ojos y ví un paisaje precioso, mucha vegetación, color verde, arboles y pequeñas lomas o cimas sobre las cuales habían personas vestidas de blanco y sentadas en grupos de tres o cuatro, algunas caminaban de a dos, elos conversaban, como si ese lugar era su habitación y esperaban algo. Cuando de pronto, luego de estar sobre ese gran muro; bajé la mirada y ví a un hombre vestido con ropas sacerdotales como en la antiguedad, no tenía cabellos, había una sonrisa en sus labios, y me dijo que bajara de donde me encontrába, y lo hice, salté y al poner mis pies sobre el pasto verde, era como si pisara sobre algodones. Este hombre me dijo: "Muy bien, tu lugar de espera esta allá, sobre esas montañas, vé y sientate y espera", sabía que el me dirigía a sentarme junto a otras personas a quienes les podía ver que conversaban muy amenamente. Ah, quiero decirles que en ese lugar pude ver que había una especie de muros, parecida a las columnas de corinto, columnas griegas, gruesas de color blanco y habían otras edificaciones las cuales no recuerdo bien.
Entiendo que el Libro contieneel nombre de las personas que un día hicieron su desición por Cristo y sus nombres fueron inscritos en el Libro de la Vida. Habrá una gren sorpresa el día en que se pase lista en el cielo. Cuidemos que nuestro nombre no sea borrado. Será triste y terrible cuando se te pregunte o se te llame por tu nombre; y tu nombre no esté en el Libro.

"Así mismo te ruego también a ti, compañero fiel, que ayudes a estas que combatieron juntamente conmigo en el evangelio, con Clemente también y los demás colaboradores míos, cuyos nombres están en el libro de la vida" Filipenses 4:3

Muchas personas no crean que exista un libro que registra los nombres de las personas que un día hicieron su desición personal de entregarle su vida y servir a Dios por medio de Jesús. El apóstol Pablo hace mención del Libro de la Vida cuando escribe la epístola a los hermanos de la Iglesia de Filipos: "cuyos nombres están en el libro de la vida" Esto nos indica que Pablo sabía que este libro existía, ya que Daniel 12:1 habla sobre ello:

"Pero en aquel tiempo será libertado tu pueblo, todos los que se hallen inscritos en el libro"

El libro de aquellos que se salvarán, la lista de Dios.
Muchos creyentes piensan que sus nombres núnca serán borrados del libro de la vida, no impotándoles cómo vivan la vida cristiana.

"El que venciere será vestido de vestiduras blancas; y no borraré su nombre del libro de la vida y confesaré su nombre delante de mi Padre, y delante de sus angeles"  Apocalipsis 3:5

Hay cristianos que creen que fueron llamados y escogidos para ir al cielo y a su gloria aún antes de nacer, y por tanto nunca podrán perder la salvación. Y de aquí nace el "salvo siempre salvo". Dicen que los discipulos están inscritos en el libro de la vida  aún antes de la fundación del mundo basandose en lo que Jesús dijo en:

"Pero, no os regocijéis que los espíritus se os sujetan, sino regocijaos que vuestros nombres están escritos en los cielos"  Lucas 10:20

Pero, también se preguntan: Cómo es posible que los salvos tengan sus nombres escritos en el libro de la vida, si después un número no determinado de nombres serán borrados?
Yo creo personalmente que Dios nos considera y nos acepta como sus hijos cuando voluntariamente entregamos nuestras vidas y le reconocemos como Señor y Salvador de nuestras vidas. Sin embargo se nos advierte que el Señor aun nos puede borrar del libro de la vida si no perseveramos fieles hasta el fin:

"El que venciere será vestido de vestiduras blancas; y bo borraré su nombre del libro de la vida y confesaré su nombre delante de mi Padre, y delante de sus angeles"  Apocalipsis 3:5

Aquí está claro que nuestros nombres pueden ser borrados del libro de la vida. Y si no perseveramos y vencemos hasta el final nuestros nombres serán borrados y no seremos salvos de la condenación eterna.

"Y el que perseverare hasta el fin, este será salvo"  Mateo 24:13

En la Biblia encontrámos premios y galardones ya recibidos, pero que la recibiremos en el futuro, si es que perseveramos hasta el fin. Por ejemplo: Dios ya nos considera yá trasladados  al reino de su amado Hijo (Col- 1:13) y en realidad nosotros sí lo vamos a heredar. También se nos dice que ya estamos resucitados y sentados en los lugares celestiales (Efesios 2:6) cuando en realidad todo esto es para el futuro. También se nos dice que yá nos glorificó (Rom. 8:30) esta gloria es para el futuro como lo dice  Romanos 8:18. También se nos dice que ya tenemos vida eterna venidera (Lucas 18:30). Quiere decir que todo esto lo tenemos por fe, pero se harán realidad sólo si es que perseveramos y somos fieles hasta el final "sé fiel hasta la muerte y yo te daré la corona de la vida" (Apoca. 2:10)
Y recuerde, si no hemos perseverado hasta el fin, seremos borrados del libro de la vida. (Apoc. 3:5; Mt. 24:13)

"De cierto os digo: El que oye mi palabra, y cree al que me envió tiene Vida Eterna, y no vendrá a condenación, más ha pasado de muerte a vida" (Juan 5:24)

Aquí Jesús dice que cualquiera que oye su palabra y cree en el Padre, pasó de muerte a vida eterna. Es decir, podemos afirmar que todo aquel que oye a Cristo, y cree en su Padre, ingresa inmediatamente en el libro de la vida del Cordero. Sin embargo, sabemos que no todos los que oyen a Jesús y creen en su Padre, perseverarán hasta el final. El Señor Jesús explicó su famosa "parabola del sembrador", y habló de cuatro tipos de personas, una de las cuales acepta la semilla sembrada con gozo, y por un tiempo parece que es un sincero y devoto creyente, pero las pruebas y tribulaciones terminan definitivamente por separarlo del Señor. Este estúvo inscrito en el libro de la vida, pero, finalmente terminará  borrado de el.

En Marcos 4:25 Jesús dice que "al que tiene, se le dará; y al que no tiene, aún lo que tiene se le quietará" -
Es decir, los creyentes han recibido del Señor mucho, incluso muchas promesas maravillosas, entre las ciales está la vida eterna, pero un buen número de ellos finalmente se les quitará todo porque no dieron suficiente fruto. Esto también me recuerda a la parabola de las diez minas. Aquellos siervos que multiplicaron sus minas que les fueron otorgadas y confiadas por el Señor, recibirán más; y aquellos siervos que no multiplicaron sus minas otorgadas y confiadas por el Señor, serán "decapitados" ante su presencia (Lucas 19:11-27)

En Apocalipsis 2:5, Juan se dirige a la Iglesia de Efeso y le dice que se arrepienta y que haga las primeras obras, sino le quitará su candelero. Es decir, esta iglesia, compuesta por muchos salvos ya inscritos en el libro de la vida, tendrán primeramente que arrepentirse para no perder su candelabro de luz. Esta era la iglesia del Señor, parte del Cuerpo de Cristo, pero había dejado de lado su primer amor. Se le llama al arrepentimiento para que así no pierda su candelabro que simboliza la luz y la vida en Cristo. Estos cristianos corrían el peligro de perder sus coronas, de ser borrados del libro de la vida, porque habían perdido su primer amor, es decir, su devoción y pasión por el Señor.
En Marcos 9:41, Jesús vuelve a machacar la posibiliadad de que podemos eventualmente perder la recompensa, cuando dice: "Y cualquiera que os diere un vaso de agua en mi nombre, porque sois de Cristo, de cierto os digo, que no perderá su recompensa". Aquí Jesús habla de los que son de Cristo, a los supuestos "predestinados", diciendoles que no perderán su recompensa si dieran un vaso de agua a alguien en su nombre. Pero, qué sucedería si algúno de los que "son de Cristo" no cumpliera con este simple mandato de amor? Pues, sencillamente perdería su recompensa, es decir, su galardón.

"Y ví a los muertos, grandes y pequeños, de pié ante Dios, y los libros fueron abiertos, y otro libro fue abierto, el cual es el libro de la vida; y fueron juzgados los muertos por las cosas que estában escritos en los libros, según sus obras" (Apoc. 20:13).

Todo esto me lleva a concluir que es una falacia, una mentira el refrán que dicde: "Una vez salvo, siempre salvo". Así que, mis amados hermanos, cuidemos esta salvación tan grande, no sea que nos deslicemos (Hebreos 2:1) Cuidado que te deslices y te dejes arrastrar por la corriente de este mundo y pierdas esta salvación tan grande y preciosa. "Cómo escaparémos nosotros, si descuidamos una salvación tan grande?"

"Y el que no se halló inscrito en el libro de la vida fue lanzado al lago de fuego"  Apoc. 20:15

"No entrará en ella ningúna cosa inmunda, o que hace abominación y mentira, sino solamente los que están inscritos en el libro de la vida del Cordero". Apoc. 21:15

"Y si alguno quitare de las palabras de esta profecía; Dios quitará su parte del libro de la vida" Apoc. 22:19

No seamos tan confiados!!!!

Recuerde lo dicho por el apóstol Pablo a los  corintios:

"ASI QUE, EL QUE PIENSA ESTAR FIRME, MIRE QUE NO CAIGA"


1ra. Corintios 10:12