Jóven, Dios quiere usar tu vida
El chico con la comida
Antes de poder dar de comer a los 5.000, Jesús necesitaba comida. El que se la ofreció fue un muchacho completamente desconocido. ¿Cómo se llamó? No lo sabemos. ¿Cuántos años tenía? No lo sabemos. ¿De dónde era? Tampoco lo sabemos. Pero sí sabemos que estuvo dispuesto a dar todo lo que tenía al Salvador. “Aquí está un muchacho, que tiene cinco panes de cebada y dos pececillos” (). Los mismos discípulos menospreciaron su ofrenda preguntando, “¿Qué es esto para tantos?” Sin embargo, la buena noticia es que Cristo no se burló del chico, sino que tomó su ofrenda y lo usó para dar de comer a miles de hambrientos. Aunque no tengamos mucho, si ponemos lo que poseemos en las manos de Cristo, Él podría hacer maravillas con aquello. De nuevo, no hace falta ser famoso ni alguien importante para ser usado por el Señor.
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